lunes, 10 de mayo de 2010

5.Guerra de Arauco



  • La Guerra de Arauco fue un prolongado conflicto que enfrentó a los hispano-criollos de la Capitania general de Chile , perteneciente al Imperio español, contra el pueblo mapuche y algunos aliados tales como los huilliches, picunches y cuncos.

    La zona del conflicto comprendía entre el Río mataquito y el Seno de Reloncaví; situándose principalmente la mayor parte de ella entre Concepcion y la zona costera de la actual VIII Region del Bio bio, y la IX Region de la Araucania.

    Este conflicto duró un lapso de casi tres siglos, 1536 - independecia de Chile, pero con diferentes grados de intensidad, llamándose "guerra armada" propiamente tal a alrededor de la mitad de ese periodo. Posteriormente traería como consecuencia el conflicto chileno-mapuche conocido como "Pacificacion de la Araucania".

  • El primer alzamiento se produce en 1550, en la zona de Tucapel. Allí muere
    Pedro de Valdivia, generando un gran conflicto respecto de quien ocupará el cargo de gobernador. Uno de los candidatos, Francisco de Villagra, se enfrenta en reiteradas ocasiones con los mapuches, liderados por
    Lautaro y sus guerreros, sin éxito. Concepción queda prácticamente despoblada, y el pánico se apodera de los habitantes de Santiago. Finalmente Villagra logra apresar a Lautaro, mientras el Virrey del Perú nombra Gobernador de Chile a su propio hijo, García Hurtado de Mendoza. Al llegar a Chile con un numeroso ejército, el nuevo Gobernador organiza una campaña contra los mapuches que durará quince meses. Durante ese tiempo repuebla la ciudad de Concepción, reconstruye el fuerte Tucapel y funda las ciudades de Osorno y Cañete.
  • Hurtado de Mendoza, también enfrenta a
    Caupolicán, sucesor de Lautaro y nuevo líder de las rebeliones, capturándolo y asesinándolo cruelmente. En 1561, Mendoza regresa al Perú, creyendo haber sometido a los mapuches, que en realidad sólo se han replegado esperando condiciones más adecuadas para atacar. Francisco de Villagra asume el cargo de gobernador, y ese mismo año estalla el segundo levantamiento. Requiere un período de seis años aproximadamente, controlar la situación. Tres son los gobernadores que tienen que lidiar con los enfrentamientos bélicos.
  • Posteriormente se suceden treinta años de relativa tranquilidad. Sin embargo, las autoridades gubernamentales no pueden ingresar aún al territorio. Esta aparente calma, se rompe bruscamente el 23 de diciembre de 1598, en el combate de Curalaba, durante el gobierno de Martín García Oñez de Loyola, quien muere en los enfrentamientos. Se da inicio así, al tercer levantamiento general, posiblemente el más cruento. Prácticamente todo el sur, incluyendo las ciudades Santa Cruz, Chillán, Villarica, La Imperial, Osorno, Valdivia y Angol, con sus haciendas, fuertes y lavaderos, quedan desvastadas. La reacción española al desastre, no es menos violenta, dado el pánico que produce la insurrección mapuche. Se desata entonces una guerra cruel y sangrienta. La corona española decide tomar cartas en el asunto, designando como gobernador a Alonso de Ribera, un experimentado militar. Se construye una frontera sobre la base de fuertes, cercana al río Biobío, y con el propósito de ir lentamente penetrando el territorio mapuche. Para ello se cuenta con un ejército permanente que se mantiene en la frontera. A pesar de lo anterior ninguna de estas estrategias resulta exitosa. Otra de las medidas extremas, es la de esclavizar a aquellos indios rebeldes que son capturados. El decreto es dictado en 1608 por Felipe III. Esto intensifica los abusos ya que entonces la guerra cobra un incentivo adicional. Muchas veces se captura a los indígenas que se encuentran ajenos al conflicto, sólo por el interés de esclavizarlos.
  • Entre 1612 y 1625, se desarrolla lo que se ha denominado la guerra defensiva, atribuida en gran parte al sacerdote jesuita Luis de Valdivia. Este se opone tenazmente a la esclavitud indígena, denunciando los malos tratos a que son sometidos. Si bien en 1612 logra suspender la cédula que declara esclavos a los indios rebeldes, y el mismo se compromete a liderar la evangelización de los mapuches, la guerra defensiva no prospera y retornan los enfrentamientos. Entre 1625 y 1639, se retoma la ofensiva española aplicándose nuevamente la cédula de 1608, pero no se logra progreso alguno, ni para españoles, ni para mapuches.
  • Entre 1639 y 1655 se inicia otro período, caracterizado por los llamados parlamentos, reuniones entre los dos bandos en donde los españoles reconocen implícitamente la soberanía mapuche y éstos por su parte se comprometen a permitir el ingreso de evangelizadores a su territorio. Esta modalidad, iniciativa de los jesuitas, es utilizada en numerosas ocasiones durante el dominio español, pero no resulta completamente exitosa, ya que los mapuches no cuentan con una unidad política. Por lo mismo la validez de los parlamentos depende de quienes participan en ellos.

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